La adoración jamás será un gasto, es una inversión. Es la demostración de lo que mi corazón siente, sin condiciones de ninguna índole. Sin esperar retribución. Sin esperar siquiera el perdón.
Muchos de nosotros hemos sido mal instruidos, y nos hemos empecinado solo en servir a Dios, pero no nos hemos empecinado en adorar a Dios.
“Dios busca adoradores que le adoren en Espíritu y en Verdad”
Es triste saber que anda buscando quien le corresponda
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